Dicen
que lo mejor de una ciudad para conocerla es perderse un poco entre sus calles.
De Paris, aseguro que es un buen recurso, sino el mejor.
Muchos amigos me preguntan cómo
en tan sólo 3 años consigo conocer lugares que no figuran en las guías y que
valen realmente la pena. La verdad es que había recorrido antes esta ciudad, y
de a viajes cortitos aprendí a saborearla mejor.
Hace
unos días salí a pasear con bebé, decididos a explorar un poco más un
arrondisement que nos gusta mucho ya por su Barrio Chino, el 13ème. Y
terminamos encontrando esta maravilla de vericuetos de calles cortas, que
tienen todas nombres de flores (rue de Glycines, Rue de Iris). Encontramos dos gatos
paseando como nosotros que nos guiaron un poco.
Si
tienen ganas de darse una vuelta, se encuentran detrás del Stade de Charlety, a
pocas cuadras de la estación de Tram 3 del mismo nombre.
Mas sobre el 13ème
Nos gusta este barrio porque es
uno de los menos pretenciosos y de los más perfil bajo, dentro de los 20
arrondisements que tiene la ciudad. Lo más conocido son dos lugares, cerca uno
de otro pero ciertamente diferentes: el Barrio chino de Paris, y el pequeño
barrio de la colina llamada Butte aux Cailles.
La Butte aux Cailles
Llevamos a casi todos nuestros
amigos a esta zona, porque sinceramente nos encanta. La conocimos gracias a un
amigo que nos albergó unos días antes de instalarnos, en otro viaje previo. Una
noche fría de otoño, nos llevó a tomar algo a un bar diminuto, al estilo de los
madrileños, donde la gracia eran los licores de frutas.
El barrio se llama así "La
Butte aux Cailles " y es conocido entre los citadinos por ese nombre. Se
trata de una colina que se levanta hacia el oeste de la Place d'Italie, y que
históricamente fue un barrio obrero, donde al parecer se libraron algunas
batallas de los Communards, en el año 1871 durante la Comuna de Paris.
Desde hace varios años, se fue
recuperando, sus casitas fueron restaurándose y fue poniéndose bonito, llenándose
de restaurants, algunos más accesibles que otros y de bares muy simpáticos (hay
uno al estilo Vasco). Normalmente era raro ver turistas (con cámaras, bermudas
y sombreros) pero poco a poco va siendo más conocido.
Existe un bar-restaurants fruto
de una sociedad solidaria, una cooperativa.
Es un barrio donde hay muchos graffitis. Me encanta fotografiarlos, algunos ya no existen más...
Es muy agradable caminar por su
calles empinadas, y respirar cierto aire de campo en plena ciudad. Si bien
tiene algún tinte bohemio, no se trata mucho del espíritu "bo-bo" que
llaman los franceses a los parisinos BourgoisBohème (burgués y bohemio), como
el clásico barrio bobó del Marais.
Existe una tienda de miel
artesanal llevada por un señor muy conocedor del tema. Vale la pena entrar y
pedirle consejo y llevarse uno de sus frasquitos de miles de gustos diferentes.
También venden las Nonettes, unas tortitas de miel y narajas exquisitas!
El Barrio Chino de Paris
En
una película llamada "Je t'aime Paris", se retrata este barrio un
poco irónicamente, como la China en Paris. Desde ya es un barrio raro en
algunas de sus zonas, sobre todo por la mayoría de sus torres edificios que
despistan a más de uno. Se encuentran allí restaurants chinos en todas sus calles,
sobre todo las arterias princiaples como Ivry y de Choisi. Nos gusta ir a un
gran supermercado de productos orientales llamado Tang Frères, los cuales
tienen este negocio en cadena.
Sin
embargo, aquí también se encuentran pequeñas dosis de "banlieu" en el
medio del ruido citadino, como lo prueban los Passages Nationale, Bourgoin y la
Rue Deschamps, hacia el este de la avenida de Ivry.
Todos
los años se festeja el año nuevo chino en sus calles, con desfiles y
coreografías de la colectividad. Me encanta comprar pequeños souvenires chinos
y japoneses (también se venden varias cosas japonesas), como los Maneki Neko de
colores y en múltiples posiciones de gatos. Ideal para pasear en domingo en
familia ( y como todo está abierto ese día, no vale la pena ir lunes). Es gracioso el edificio del Mc Donalds en forma de pagoda china...