sábado, 24 de septiembre de 2011

Parques y bebés en Paris




Martín está empezando a caminar, de costado y agarrito de nuestras manos y sigue desarrollando su faceta exploradora, en resumen, no hay quien lo pare.
Se hace tan cansador seguirle el ritmo (sumado a que ahora decidió que no quiere dormir aunque se le cierren los ojos de sueño) que empecé a cambiar la rutina y a agregar la visita a algún parque, en modo más extensa.

Antes, íbamos a pasear, a darle su comida y poco más. No era gran fan de los parques en el verano porque hacía mucho calor, y había mucha gente con niños corriendo por todos lados y entonces encontrar un lugar donde poder sentarse en la hierba se hacía casi imposible.

Ahora está empezando el otoño, muchos de los niños y mamás están en la escuela y el clima es más agradable, el sol comienza a ser más tenue y nos dan unas tremendas ganas de aprovechar hasta el último rayo de sol y buen tiempo antes del duro invierno parisino.

Entonces ahora los parques son una gran opción para quemar energías de bebé. Lo primero es revisar si la hierba está limpia y en eso los parques parisinos suelen ser bastante buenos, siempre hay algún lugar donde todos puedan ubicarse a hacer un pic nic sin temor a caer sobre el sorete (caca) de algún perro.

Así, "suelto" a bebé que comienza a recolectar hojas secas, porque descubre texturas y el ruidito que hacen ("crash..." ) le encanta y se cuelga en esta actividad un buen rato. Luego comienza a gatear sobre la hierba, y tira de ella, sintiéndola entre sus manitos.
Hoy nos acercamos a una parte del Parc Leon Salagnac de Malakoff, donde era todo arena y piedrecitas. Fue todo un descubrimiento dejarlo tocar la arena y dejarla escapar entre sus deditos. Aluciné con esta imagen, y si bien fuimos acosados por otros niños ya caminantes (uno nos trajo como ofrenda una zapatilla de su hermana, todo un detalle hay que decir) Martín permaneció concentrado en la arena, marcando surcos y acariciándola.

Todos los parques en Paris tienen "spots" de césped o hierba donde poder reposar y dejar a bebé gatear, aunque siempre hay que seguir de cerca sus pasos para ver donde pone sus manitos, pero suelen ser bastante limpios. Antes de irnos le limpio las manos con el gel de manos y con un poco de agua que llevo siempre en una botella.

Esta semana visitamos el Parc Choisy en el 13ème, que tiene unas fuentes juguetonas, el Parc Georges Brassens en el 15ème que tiene su estanque lleno de patos (es gracioso verlos con el culo para arriba cuando se agachan a comer algo), y el Parc Citroën también en el 15 ème que vale la pena porque su globo aerostático en el centro es ya una cosa que les encanta ver a grandes y chicos, si bien la subida cuesta entre 10 y 12 euros y parece ofrecer una bonita vista de Paris. De todas formas desde allí se puede bajar al Sena y caminar por su rivera hasta la Torre Eiffel, en unos 30 minutos de caminata relajada fuera del turismo.

Seguiré promocionando y reseñando más parques y sus ventajas.


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