Hace mucho, en los comienzos del
Blog presentamos a Mozart y su Flauta Mágica, criticando un poco las versiones digeridas para bebés (aquí el post).
Me sigue cautivando el aria de
Papageno al final de la ópera La Flauta Mágica, en su aria nº 20, y en la
siguiente, al encontrar a Papagena, su alma gemela.
Es innegable que la flauta
resalta el aire cuasi infantil de estas dos canciones que elegí para Martín
hace unos días. Lo que descubrí es que le hace mucha más gracia si se la canto
yo, obviamente en una versión propia, sobre todo la del encuentro amoroso entre
los papagenos... "pa-pa. pa-pa-pa- Pa-pa"... Prueben ustedes y verán.
Nos encanta!
Toda esta ópera de Mozart se
halla plagada de símbolos y significados ligados a la francmasonería, corriente
a la cual el autor pertenecía. Es interesante ver que a través de esta obra, Wolfgang
transmitía valores filosóficos que en su época se hallaban ciertamente
prohibidos. Existen películas sobre Mozart pero la que más me impresionó es una
alemana que en español se llama "La verdadera historia de Amadeus
Mozart" , siendo su título original "Vergesst Mozart", dirigida
por Slavo Huther en 1986. La recomiendo vivamente para comprender un poco más
el entorno histórico de este personaje y su cercana relación a la práctica
francmasona. Lamentablemente no la he vuelto a ver en DVD, y yo la alquilé en
VHS hace miles de años...
Papageno representa un hombre pájaro
(viene del alemán pagagei que
significa un loro o un ave de plumas multicolores) que no es muy hábil para
poder iniciarse en las artes del Maestro, por ende, su figura torpe pero cándida
nos encandila en su acompañamiento al personaje principal Tamino, en busca de
su amada (Pamina).
Finalmente, Papageno también
tiene derecho a encontrar su amorcito, y Mozart lo premia conociendo a la
asistente de Pamina, una Papagena. El encuentro y luego el festejo del amor se
resumen en estas dos arias casi finales a reproducir al costado.
Me alucina ver la cantidad de
Papagenos ilustrados e imaginados que hay en la web, creo que sería un buen
ejercicio de imaginación para chicos dibujar uno. (yo elegí una extraída del film de animación de Lotte Reiniger de 1929) Para eso, nosotros debemos
esperar un poco porque M es aún un bebé.
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