viernes, 22 de abril de 2011

Mozart Inc.

(Dedicado a Agus)



Me gustaría hablar aquí un poco de la famosa creencia en Mozart como catalizador de inteligencias varias. Leí hace más de un año una reseña de un libro sobre el tema donde sostienen que Mozart inspira a las futuras mamás a hacerles escuchar a sus bebés y se dice por ahí que su música genera que los bebés sean más despiertos o ávidos de conocimiento.
En francés se utiliza una palabra para esto “eveillé”, cuando un bebé es “despierto” (la cual sería la traducción más literal) o curioso, inquieto por aprender, se le llama “éveillé”. De ahí que se consagren negocios enteros a “éveiller” a bebés y niños pequeños con objetos varios que no son otra cosa que los juguetes de siempre sólo que ahora se les otorga esta etiqueta. El que más me gusta (por lo absurdo) y me disgusta en su falta de practicidad es el “tapis de éveil”,  léase una pequeña alfombrita de tela algo acolchada estampada con múltiples colores y figuras y con aditamentos del tipo, papel de celofán (para estimular el ruido), pedazos de telas de diferentes texturas (para estimular el tacto) alguna que otra bocina debajo de la tela en un rincón(para estimular el sentido del oído, OHH!) y si son más caros y sofisticados, algún parlante con musiquitas, todas bebificadas y que como dije en post anterior, suenan espantosamente a lata. Lo más cercano a este ruido desagradable es lo que en Brasil llaman “pagodeiro” léase un señor que prácticamente traga la mitad de un micrófono y a alta frecuencia habla o hace que canta, todo en una misma tonalidad que es semejante a la de un vendedor del mercado. El “pagodeiro” es una gran figura del Carnaval más popular y básico. (Gracias Beto por enseñarme esto hace años, como vemos hoy, el saber no ocupa espacio). Ya habrán tesis doctorales sobre él, seguramente.

Volviendo al tema, así como es difícil pensar que una alfombrita de tales condiciones estimule los sentidos de nuestros bebés, lo mismo creo que es pensar que la  música de un autor en particular desarrolle inteligencia.
Me imagino que detrás de esto es la sensación de que nuestros hijos salgan super brillantes, estimuladísimos y que por qué no, den conciertos de piano a los 4 años, como Mozart.

Sin embargo, ayer pensé en esto, en un entorno bastante distante (una tarde en que puedo salir sola es para mí fuente de inspiración para varias cosas) como una pequeña plaza soleada. Mozart está bien, al menos personalmente le tengo cariño, es el primer músico que introdujo el clarinete como instrumento de orquesta y le dedicó varios conciertos, y su música me gusta. Hay algo en Mozart que tienta a los empresarios para artículos de bebés, y supongo que se habrán dado cuenta que su música es la mayor parte de las veces alegre, divertida (muchos juegos de notas, de guiños entre piezas, etc) .

Pensando en lo que las mamás de publicidad eligen para sus hijos me aparece en primer plano  La Flauta Mágica, una de sus obras más populares pero de lo más inacabable en cuanto a interpretaciones filosóficas y musicales. Siempre me gustó la historia que dice que cuando Mozart escribe el aria del segundo acto para la Reina de la Noche, una de las arias más difíciles en coloratura (léase que hay que controlar un registro, amplio, MUY amplio) se estaba vengando de la cantante, una engreída de la época y protegida de la corte. No obstante, reparo ahora en el título y la letra, y dudo que una mamá de publicidad quiera inculcar esto a un bebé. Saliendo de la ñoñada apreciación de Mozart entonces, disfrutemos de esta venganza musical maravillosa y quitémosle la responsabilidad al pobre Wolfi de educar bebés.
Título: La venganza del infierno reina en mi corazón (título genial, si los hay)
Letra:
¡La furia del infierno hierve en mi corazón
la muerte y la desesperación arden en mí!
Si Sarastro no siente a través de ti
el dolor de la muerte
entonces ya no serás mi hija nunca más.
Repudiada serás para siempre,
abandonada serás para siempre, 
ya no volverás a ser mi hija.
Se destruirán para siempre
todos nuestros vínculos naturales
¡si no logras
que Sarastro palidezca!
¡Oíd, dioses de la furia,
¡Oíd el juramento de una madre!

Elegí la versión de Nathalie Dessay que me sorpendió (es la diva actual), su interpretación es alucinante! Es toda una madre FURIOSA!!! Si tienen tiempo comparen con otras divas para que vean lo difícil que es cantar este aria. Como para cantarle esto a sus niños/as cuanto estén en ataques de ira!!


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