Hace tiempo que me pregunto si puedo definir Paris como una
ciudad “kids Friendly”.
Pues un poco en base a mis pocas experiencias, ya que
tampoco salimos tanto con Martín porque es aún pequeño, pero sí salimos mucho
por el barrio y sus alrededores, y podría aventurarme a decir que no, no mucho…
En términos de facilidades en el transporte público, hay que
decir que en los autobuses se puede subir con la “poussette” (cochecito, carro
o silleta en español), ya que hay un espacio designado para ello, pero también
hay que compartirlo con las sillas de ruedas. Con lo cual, si antes que yo
subió alguien en silla de ruedas sencillamente no queda lugar, y debo esperar
otro autobús. Si queremos viajar en Metro o en tren el problema central son las
escaleras. Y aquí una crítica en realidad a la poca dedicación que tiene Paris
a las capacidades limitadas. No existen demasiados ascensores para bajar o
subir de las estaciones de Metro y muchas de las estaciones de tren fuera de
Paris están en las alturas, tampoco hay ascensores. Esta experiencia ya la
había vivido con mi madre que tiene dificultad ya que está operada de la
rodilla.
Otros botones de muestra de la ausencia de kids friendly es
la poca consideración que el resto de la gente tiene contigo, por ejemplo en la
cola del supermercado donde nadie va a cederte un espacio. Eso aún peor es con
respecto a las embarazadas, a quienes nadie les cede el asiento en ningún medio
de transporte público, aunque un cartel indique que les corresponde.. (hablaré
de esto en otro post sobre “embarazo en Paris”).
Pero lo que más me choca, a pesar de que la falta de
practicidad es una razón para protestar también (al final, parece que hay que
tener coche para salir con chicos!), es la falta de interés en los bebés o
niños pequeños.
Hablaba ayer de esto con un colega parisino que también tiene un niño pequeño. EL
coincidió conmigo en que nadie va a decirte nada ni a acercarse sólo porque
tengas un niño en brazos o un bebé, salvo las abuelas o señoras mayores.
Es verdad, mi sensación es que nadie se te acerca, y digo
esto porque por ejemplo en mi país estarías conversando con 20 personas cada
cien metros , que se te acercan sólo para hablarte del bebé, preguntarte
“cuanto tiene” (edad) y hasta su nombre. Sin decir que además establecerían
diálogos-monólogos con el bebé.
Es también porque noto que Martín es sociable, que le
encanta ver gente nueva, y que presta mucha atención cuando se le habla, y me
da pena que nadie nos hable en la calle, ni en los negocios de barrio por ejemplo.
En el correo y en la farmacia, armó un escándalo sólo por
salir de la poussette, yo respondí a su demanda y con la otra mano intenté
seguir pagando mis compras o haciendo mis trámites. Las personas del otro lado
del mostrador apenas sonrieron pero no mostraron ningún interés mayor.
La persona con quien charlaba ayer, me decía lo alucinante
que había sido para ellos como padres estar por ejemplo en Tailandia o
Marruecos donde la gente era realmente “kids friendly”… ahí comprendí que esta
carencia parisina no era una impresión mía solamente…
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