sábado, 16 de abril de 2011

Kids Friendly en Paris I




Hace tiempo que me pregunto si puedo definir Paris como una ciudad “kids Friendly”.
Pues un poco en base a mis pocas experiencias, ya que tampoco salimos tanto con Martín porque es aún pequeño, pero sí salimos mucho por el barrio y sus alrededores, y podría aventurarme a decir que no, no mucho…

En términos de facilidades en el transporte público, hay que decir que en los autobuses se puede subir con la “poussette” (cochecito, carro o silleta en español), ya que hay un espacio designado para ello, pero también hay que compartirlo con las sillas de ruedas. Con lo cual, si antes que yo subió alguien en silla de ruedas sencillamente no queda lugar, y debo esperar otro autobús. Si queremos viajar en Metro o en tren el problema central son las escaleras. Y aquí una crítica en realidad a la poca dedicación que tiene Paris a las capacidades limitadas. No existen demasiados ascensores para bajar o subir de las estaciones de Metro y muchas de las estaciones de tren fuera de Paris están en las alturas, tampoco hay ascensores. Esta experiencia ya la había vivido con mi madre que tiene dificultad ya que está operada de la rodilla.

Otros botones de muestra de la ausencia de kids friendly es la poca consideración que el resto de la gente tiene contigo, por ejemplo en la cola del supermercado donde nadie va a cederte un espacio. Eso aún peor es con respecto a las embarazadas, a quienes nadie les cede el asiento en ningún medio de transporte público, aunque un cartel indique que les corresponde.. (hablaré de esto en otro post sobre “embarazo en Paris”).

Pero lo que más me choca, a pesar de que la falta de practicidad es una razón para protestar también (al final, parece que hay que tener coche para salir con chicos!), es la falta de interés en los bebés o niños pequeños.
Hablaba ayer de esto con un colega parisino que  también tiene un niño pequeño. EL coincidió conmigo en que nadie va a decirte nada ni a acercarse sólo porque tengas un niño en brazos o un bebé, salvo las abuelas o señoras mayores.
Es verdad, mi sensación es que nadie se te acerca, y digo esto porque por ejemplo en mi país estarías conversando con 20 personas cada cien metros , que se te acercan sólo para hablarte del bebé, preguntarte “cuanto tiene” (edad) y hasta su nombre. Sin decir que además establecerían diálogos-monólogos con el bebé.
Es también porque noto que Martín es sociable, que le encanta ver gente nueva, y que presta mucha atención cuando se le habla, y me da pena que nadie nos hable en la calle, ni en los  negocios de barrio por ejemplo.

En el correo y en la farmacia, armó un escándalo sólo por salir de la poussette, yo respondí a su demanda y con la otra mano intenté seguir pagando mis compras o haciendo mis trámites. Las personas del otro lado del mostrador apenas sonrieron pero no mostraron ningún interés mayor.
La persona con quien charlaba ayer, me decía lo alucinante que había sido para ellos como padres estar por ejemplo en Tailandia o Marruecos donde la gente era realmente “kids friendly”… ahí comprendí que esta carencia parisina no era una impresión mía solamente…



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