lunes, 16 de enero de 2012

Baby on Board o peripecias de padres en al avión



En el viaje de vuelta tuvimos la ¿suerte? de ser un grupo de 25 familias con bebés (no había manera de conseguir buenos asientos) y un avión completo.
Una de las cosas que siempre molesta en un viaje largo (o no tanto) es el llanto de los bebés.

En otro post mencioné las dificultades de distraer a Martín de un vuelo, y consolarlo cuando llora porque le duelen los oídos.
Hay que decir en pocos meses hemos avanzado. El vuelo de ida a Buenos Aires no fue tan malo y el de vuelta tampoco.
Pero lo que es notable es la actitud de ciertos pasajeros que no se bancan que un bebé llore, cuando es lo que hacen los bebés. Deberíamos decir, los perros ladran, las vacas mugen, los gatos maúllan y los bebés: lloran.

Un vuelo de 12 horas no es menos para molestar a un bebé si a un adulto nos agota y nos deja extenuados (y todos contracturados de viajar en clase económica por supuesto, ¿para cuando lugares en Primera aunque sea por sorteo?).

La verdad es que hubiera trompeado a varios, pero como una vez vi en Seinfeld, la gente en los aviones debe comportarse de una manera lo más políticamente correctamente. Entonces nadie va a decirte "callen a ese bebé" que es lo que están deseando hacer. Ni vos vas a levantarte a darles un buen schiafo a quienes parece, tienen ganas de tirarte desde arriba con el baby incluido.
Sin embargo, para eso existen las miradas. Y se desata una carrera de miradas cruzadas, de esas que te espían por entre las dos butacas del avión, cual viejas chusmas que se esconden detrás de los respaldares, y las tuyas (o las mías en este caso) que son afiladas y de "decime algo porque te arranco los auriculares de un saque". ASí, todo dura mientras el bebé llore, que puede ser 10 o 30 minutos si el tema es complicado (como a M que se le ocurren salir sus dientes cada vez que viaja...).

Léase que se trata de mini diálogos silenciosos, enfrentamientos de lo más violentos, de caras de "te pondría una mano encima para que dejes de mirarme así" o de "callá a ese bebé de una puta vez, madre inútil", y todo con el ambient music del llanto.

Me pregunto como es posible que los adultos sean (o seamos) tan soretes para olvidarnos que TODOS fuimos bebés alguna vez. ¿tan difiícil es comprender un poco que el viaje es largo y tedioso para TODOS, también para los bebés?

En fin. Creo que lo mejor sería dejar la política correcta de Seinfeld y andar con algún garrote de esos tipo "chipote chillón" a los que nos miran  mal por un "baby on board".


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