Muchos dicen que la maternidad cambia muchas cosas, pero en
realidad, o al menos en mi caso, e imagino que a muchas les pasará, me ocurre
que redescubro viejos intereses o retomo actividades olvidadas años atrás (como
tejer por ejemplo, o coser).
En Francia están de moda los diseños antiguos, sobre todo
para cosas de chicos, los juguetes antiguos, muchas veces recreados y otras
coleccionados.
Se encuentra entonces toda una “panoplie” de objetos y
viejos diseños de los años 50 y 60 sobre todo, y se reivindican viejos ilustradores como Alain Grée que
dirigió e ilustró viejas colecciones de libros infantiles en Hachette. http://www.alaingree.com/en/main.htm
Entre esas cosas, se reivindican viejas marcas de productos
tradicionales franceses. Y la que voy a presentar hoy es la Petit Lu (nombre
comercial) o Petit Beurre, la galletita de manteca original de Nantes
comercializada por Lu hace más de cien años.
La historia de la Petit Beurre comienza en la confitería del Sr. Jean Romain Lefevre
et su Señora esposa Isabelle Utile, en la ciudad de Nantes. Si bien el negocio marcha
bien entre los habitantes de la ciudad, es el hijo de ambos que decide
desarrollar un producto diferente. De allí nacen las siglas de la marca LU (Lefevre-Utile
del hijo más pequeño de la pareja) en 1883.
La motivación fue la competencia de la industria galletera
británica, hacia fines del siglo XIX. Louis L.U. crea entonces una galletita de
manteca, leche, harina y azúcar,
la Petit Lu.
Et violà que la Petit Lu sea hoy parte de cultura local, aún siendo parte hoy en día de una multinacional como Danone. La petit Lu se consume y es parte de las compras de buena parte de las familias, remitiendo sobre todo al universo infantil o escolar.
En la Argentina teníamos las Lincoln, o las gelletitas de Terrabusi. remitiendo
a la vieja influencia británica que a pesar de muchos aún existe en nuestros menús,
Las Lincolns fueron producidas por los hermanos Terrabusi a
partir de 1911. La iconografía de Terrabusi (también hoy víctima de las
transnacionales) como la de Petit Lu ayudan a construir una memoria colectiva
(de galletitas y recuerdos ligados a ellas!) de la población, donde la infancia
tiene un lugar privilegiado.
En Francia la Petit Lu recrea hoy viejas imágenes de niños
de época, mientras las Lincoln y toda la gama de Terrabusi sigue recordándonos
los recreos de la escuela.
Sin embargo, el sabor de las galletitas ha cambiado. Mas
allá de una obsesión por el pasado, de la cual son bastante afines tanto
argentinos como franceses, las multinacionales como Danone o Kraft no repiten
las mismas recetas de antaño.
De ahí que cada viaje que hago a Buenos Aires no hago mas
que lamentarme por el sabor perdido, en mi caso de los anillos de Terrabusi.
Y la próxima va la receta de las pepas que me esperan hoy en
el horno.
3 comentarios:
yo aún recuerdo cuando me cambiaron el sabor de las galletas Príncipe, también de LU, cuando decidieron "dorarlas al huevo"...¿quién se lo pidió?...durante un tiempo aún se encontraba algún que otro paquete de "las viejas Príncipe", como perdidas y escondidas entre sus nuevas compañeras en las estanterías de los viejos supermercados, deseosas de que alguien las siguieran queriendo...pero pronto desaparecieron del todo, para siempre, y el mundo para mí ya nunca volvió a ser el mismo...y a día de hoy sigo comprando galletas Príncipe de año en año esperando reencontrarme con aquel viejo sabor...no sólo no lo encuentro sino que termino con la barriga fatal...y ese sabor está todavía en algún rincón de mi memoria, si me concentro lo suficiente puedo llegar a paladearlo...curioso...
"La iconografía de Terrabusi (también hoy víctima de las transnacionales) como la de Petit Lu ayudan a construir una memoria colectiva (de galletitas y recuerdos ligados a ellas!) de la población, donde la infancia tiene un lugar privilegiado."
¡apenas se nota que lo tuyo es la antropología! ;-)
bss,
i.
es verdad, hoy las "príncipe" en el super, se llaman "prince" acá, y son con chocolate. También estaban puestas medio abajo... me dieron pena, aún siendo de las feas...
Es horrible ver cómo cambian los productos con los que uno se alimentó durante años... me pasa con los dobles o triples alfajores. Ya dije yo que cuando Havanna incursione en esas, estará todo perdido.
los anillos de Terrabusi perdieron su sabor y también su tamaño. Y antes de eso inventaron unas variantes cromáticas muy sosas. De golpe vuelvo a sentir en mi paladar , como hace 35 años, esa exquisito gusto del chocolate con el glaseado blanco o de la manteca con el rosa. Podía devorarme una bolsa entera de esas transparentes en las que te vendían el cuarto kilo. No existían los packs.
En casa hubo durante mucho tiempo una lata de Petit-beurres que yo no se si llevé a Chivil cuando levantamos Obligado. Hacía tiempo que guardaba allí cartas y postales mías.
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