miércoles, 18 de mayo de 2011

Culpas de mamá






Es feo, pero a veces siento culpas extrañas, nuevas. Creo que ser mamá tiene un componente emocional tan grande que no sólo gracias a las hormonas sino al cambio de situación o al Rite de Passage, nos sentimos vulnerables y al mismo tiempo responsables de todo.
La primera culpa que sentí fue cuando decidí de dejar de amamantar a Martín y darle biberón (mamadera en Argentina).
Lo intentamos dos o tres días, funcionó pero el dolor era muy grande para mí, y Martín es un bebé grande, con mucha fuerza (las puericultoras estaban alucinadas con sus “maxilares” y lo bien que succionaba) y me mataba de dolor. Era stressante para ambos, y frustrante.
En la maternidad te enseñan con paciencia, o al menos donde estuvimos nosotros que hay que decir que nos trataron muy bien, tanto que a veces me cansaba tener gente viendo cómo iba todo (yo sólo quería dormir).
En Francia, como tengo entendido que también en algunos pocos países europeos se estimula el hecho de dar leche materna. Así que cuando les decís que no, que vas a otra opción, algunos médicos te miran muy mal, como si fueras una mala madre.
En la misma maternidad me sentí como una espía traficando biberones cuando la enfermera nocturna me dijo “que no se entere la pediatra”… todo empezó además porque M como es grande, come más.
Cuando decidí parar, algunas me dijeron que estaba bien tomar la decisión, tanto que se asombraron que fuera “tan valiente”. Me sorprendió, parece que había que seguir sufriendo un poco más (o esa era la intención de la pediatra y de algunos puericultores que me decían de re intentar).

Darle mamadera a M para mí fue un descanso y empezamos a disfrutarlo poco a poco. Sin embargo, confieso, la noche en que lo decidí me sentí muy mal, no dormí pensando en eso, y que de alguna manera cortaba un lazo con mi bebé que “había que tener”. Como esas fotografías publicitarias de Gallia (una de las leches) o de crema humectante para mamás y bebés. De hecho aconsejan que le des la mamadera en tetas como para no quitarle la ilusión de que le das la teta . Me pareció un delirio, en pleno invierno, aún con calefacción, me parecía algo tan forzado…
Esto me quedó rondando en la cabeza, mucha gente piensa que sos menos mamá cuando no le das el pecho. Y es algo que se mete en nuestras cabezas, como mandatos tradicionales que vendrá de nuestras mamás y de sus mamás etc. No importa que entre un montón de mamás que dieron el pecho haya una parte que tampoco se lleva el premio Nobel a la maternidad, sólo importa el hecho de haber tenido con tu hijo ese lazo, que sobrepasa todo. Como cuando alguien te dice “vos no entendés porque no tenés hijos”, otra estupidez que se escucha por ahí, como si para hablar de ciertas cosas hubiera que necesariamente haber parido y el resto de los mortales no entiende nada. Yo no concuerdo con eso.  Mi madre es un poco así, y supongo que a la pobre le costó aceptar el hecho de que yo vaya quebrando un poco sus construcciones de mamá.
Igualmente, me sentí muy mal durante los primeros meses, e intentaba darle a M todas sus mamaderas, siendo que tanto el papá como sus abuelas, en ese momento presentes, se morían de ganas por hacerlo.
Después me perseguí porque, como ves en las mismas imágenes de publicidad, tu bebé te mira cuando le das el pecho (o el biberón) y ahí se construye no sé  qué otro lazo más fuerte que la muralla china. No descarto que esto pase y que muchas hayan tenido esa experiencia, porque por algo lo mencionarán tanto, pero ¿no está ya bien el mundo de tantos preconceptos, ideas previas sobre lo que tiene que ser, hasta la manera en que una se tiene que comunicar visualmente con su bebé?
M me miró recién como a los 2 meses y más, y tampoco me miraba obnubilado cuando tomaba su mamadera. Y sin embargo yo siempre sentí que tenemos un lindo lazo que construimos todos los días, con otras cosas, con otros contactos (a mí gusta más que mirarlo sin cesar, acariciarle sus piernitas, o que me tome de los dedos al mismo tiempo que intenta agarrar su mamadera, o agarrarle sus piecitos hasta gastarlos... ). Como el lazo que también tiene con su papá que también puede disfrutar de darle la mamadera.

Siempre me molestaron las ideas de “cómo” tienen que ser las cosas en la vida, el orden, las relaciones etc. ¿no será que la gente tiene miedo de construir solo su vida como venga, y de la manera que mejor pueda llevarla? O ¿será que estamos tan llenos de culpas ancestrales de cómo hay que vivir una maternidad o criar un hijo? O simplemente será un marketing, una sobreinformación que todos hemos perdido un poco el sentido común.
No sé la respuesta, sólo intento que podamos disfrutar esta etapa lo más posible y cuando tengo ganas de huir de M y de su papa sólo por algunas horas (¿quien no llega alguna vez al ataque de nervios?), intento sentirme lo menos culposa posible, aunque en algún lado está el mandato!!


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