Es feo, pero a
veces siento culpas extrañas, nuevas. Creo que ser mamá tiene un componente
emocional tan grande que no sólo gracias a las hormonas sino al cambio de
situación o al Rite de Passage, nos sentimos vulnerables y al mismo tiempo
responsables de todo.
La primera
culpa que sentí fue cuando decidí de dejar de amamantar a Martín y darle
biberón (mamadera en Argentina).
Lo intentamos
dos o tres días, funcionó pero el dolor era muy grande para mí, y Martín es un
bebé grande, con mucha fuerza (las puericultoras estaban alucinadas con sus
“maxilares” y lo bien que succionaba) y me mataba de dolor. Era stressante para
ambos, y frustrante.
En la
maternidad te enseñan con paciencia, o al menos donde estuvimos nosotros que
hay que decir que nos trataron muy bien, tanto que a veces me cansaba tener
gente viendo cómo iba todo (yo sólo quería dormir).
En Francia,
como tengo entendido que también en algunos pocos países europeos se estimula
el hecho de dar leche materna. Así que cuando les decís que no, que vas a otra
opción, algunos médicos te miran muy mal, como si fueras una mala madre.
En la misma
maternidad me sentí como una espía traficando biberones cuando la enfermera
nocturna me dijo “que no se entere la pediatra”… todo empezó además porque M
como es grande, come más.
Cuando decidí
parar, algunas me dijeron que estaba bien tomar la decisión, tanto que se
asombraron que fuera “tan valiente”. Me sorprendió, parece que había que seguir
sufriendo un poco más (o esa era la intención de la pediatra y de algunos
puericultores que me decían de re intentar).
Darle mamadera
a M para mí fue un descanso y empezamos a disfrutarlo poco a poco. Sin embargo,
confieso, la noche en que lo decidí me sentí muy mal, no dormí pensando en eso,
y que de alguna manera cortaba un lazo con mi bebé que “había que tener”. Como
esas fotografías publicitarias de Gallia (una de las leches) o de crema
humectante para mamás y bebés. De hecho aconsejan que le des la mamadera en
tetas como para no quitarle la ilusión de que le das la teta . Me
pareció un delirio, en pleno invierno, aún con calefacción, me parecía algo tan
forzado…
Esto me quedó rondando en la
cabeza, mucha gente piensa que sos menos mamá cuando no le das el pecho. Y es
algo que se mete en nuestras cabezas, como mandatos tradicionales que vendrá de
nuestras mamás y de sus mamás etc. No importa que entre un montón de mamás que
dieron el pecho haya una parte que tampoco se lleva el premio Nobel a la
maternidad, sólo importa el hecho de haber tenido con tu hijo ese lazo, que
sobrepasa todo. Como cuando alguien te dice “vos no entendés porque no tenés
hijos”, otra estupidez que se escucha por ahí, como si para hablar de ciertas
cosas hubiera que necesariamente haber parido y el resto de los mortales no
entiende nada. Yo no concuerdo con eso. Mi madre es un poco así, y supongo que a la pobre le costó
aceptar el hecho de que yo vaya quebrando un poco sus construcciones de mamá.
Igualmente, me sentí muy mal durante los primeros meses, e intentaba darle a M todas sus
mamaderas, siendo que tanto el papá como sus abuelas, en ese momento presentes,
se morían de ganas por hacerlo.
Después me
perseguí porque, como ves en las mismas imágenes de publicidad, tu bebé te mira
cuando le das el pecho (o el biberón) y ahí se construye no sé qué otro lazo más fuerte que la muralla
china. No descarto que esto pase y que muchas hayan tenido esa experiencia,
porque por algo lo mencionarán tanto, pero ¿no está ya bien el mundo de tantos
preconceptos, ideas previas sobre lo que tiene que ser, hasta la manera en que
una se tiene que comunicar visualmente con su bebé?
M me miró
recién como a los 2 meses y más, y tampoco me miraba obnubilado cuando tomaba su
mamadera. Y sin
embargo yo siempre sentí que tenemos un lindo lazo que construimos todos los días, con
otras cosas, con otros contactos (a mí gusta más que mirarlo sin cesar,
acariciarle sus piernitas, o que me tome de los dedos al mismo tiempo que
intenta agarrar su mamadera, o agarrarle sus piecitos hasta gastarlos... ). Como el lazo que también tiene con su papá que
también puede disfrutar de darle la mamadera.
Siempre me
molestaron las ideas de “cómo” tienen que ser las cosas en la vida, el orden,
las relaciones etc. ¿no será que la gente tiene miedo de construir solo su vida
como venga, y de la manera que mejor pueda llevarla? O ¿será que estamos tan llenos
de culpas ancestrales de cómo hay que vivir una maternidad o criar un hijo? O
simplemente será un marketing, una sobreinformación que todos hemos perdido un
poco el sentido común.
No sé la respuesta,
sólo intento que podamos disfrutar esta etapa lo más posible y cuando tengo
ganas de huir de M y de su papa sólo por algunas horas (¿quien no llega alguna vez al ataque de nervios?), intento sentirme lo menos
culposa posible, aunque en algún lado está el mandato!!
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