Las tisanas en
Francia tienen un lugar, digamos, nada especial. Es verdad que se toma más café
que té, aunque en los últimos años hay una cierta moda english
que hace que el té se tome en formas más sofisticadas (nada de un PG tips común y corriente –de hecho
éstos sólo los encuentro en las tiendas de comida india). Las cadenas de ventas
de té suelto de miles de sabores aparecieron hace unos cuantos años. Había
probado esto en Madrid, en una pequeña tienda que me gustaba mucho llamada Tea
Time, un diminuto negocio a la vuelta de la Chocolatería San Ginés. Solía
llevar tés de regalo a Buenos Aires, porque algunos amigos también son muy
té-o-filos.
En Paris, la
venta de tés está más en manos de tiendas muy chic, entre ellas destaco el
Palais des Thés que es la cadena más extendida y más accesible en precios (y la
verdad, menos pretenciosa).
En este tipo
de boutiques del té se resalta no sólo la infusión, sino “lo que rodea” a la
escena del té. Venta de teteras, desde el as más kitsh hasta las más pro, pasando por las teteras japonesas
de hierro, que cuestan un pastón. (Felizmente unos amigos nos regalaron una
para nuestro casamiento). Jarros, tazas, cucharas, etc.
En los
estantes del supermercado también encontramos miles de variaciones de tés, de
todas las marcas, desde las de siempre (Lipton, Tweenings, etc.) hasta las de
marca blanca (aquellas que fabrican los mismos supermercados) o incluso ahora
las de “comercio justo” (Commerce équitable, en Francia).
Me pregunto
cual fue el punto de inflexión donde una bebida de infusión tan corriente
comenzó a subir de categoría y llegar a encarecerse según sus variaciones.
Tal es el boom de este nuevo consumo que viejas marcas deciden aggiornarse y subirse al tren de la
moda.
En Argentina teníamos
(aunque creo que todavía existe) el té digestivo Cachamai. Primero, era sólo
una combinación de hierbas digestivas (manzanilla, anís, etc.) que se podía también
pedir después de comer en cualquier restaurant. Su packaging era (y es) tan “decalé”
que hoy estaría 1ª en los rankings de diseños Vintage.
En Francia,
descubrí el equivalente, una tisana que también goza de un nombre gracioso “Les
Deux Marmottes” (las dos marmotas) que se toma en casa y también en
restaurants. También son conjugaciones de distintas de hierbas.
Lo que me hizo
reflexionar en esto, es que hace dos años, una de las primeras tardes de otoño
en Paris me encontré con mi amigo David en un bar y vi un pizarrón con una
sugerencia para tomar “Tisanas Les Deux Marmottes”. Me hizo mucha gracia el
nombre (y luego más el logotipo), que pedí la declinación “Frissons d’hiver”
(escalofríos de invierno) que me sonaba más a una película de terror, pero que
viniendo del primer viento helado, se bebió con gusto.
Hace poco me
enteré que esta marca decidió aumentar sus variaciones y sacó una colección de cajas más “chic”
siguiendo a la moda del Té.
Lo mejor de
todo, es que tanto Cachamai como Las dos marmotas si bien han intentado
actualizarse no han cambiado su logo, un emblema que a ambas las distingue y
que estoy segura que tanto a argentinos como franceses el sólo ver los dibujos
de estos animales (burritos, marmotas que tienen nombres -Yodie y Grison!!, ¿en que pensaba esta gente cuando hizo
la “marca”? ) nos transporta inmediatamente a las tisanas.
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