viernes, 6 de mayo de 2011

La moda del té (¿y de las tisanas también?)




 Las tisanas en Francia tienen un lugar, digamos, nada especial. Es verdad que se toma más café que té, aunque en los últimos años hay  una cierta moda english que hace que el té se tome en formas más sofisticadas (nada de un PG tips común y corriente –de hecho éstos sólo los encuentro en las tiendas de comida india). Las cadenas de ventas de té suelto de miles de sabores aparecieron hace unos cuantos años. Había probado esto en Madrid, en una pequeña tienda que me gustaba mucho llamada Tea Time, un diminuto negocio a la vuelta de la Chocolatería San Ginés. Solía llevar tés de regalo a Buenos Aires, porque algunos amigos también son muy té-o-filos.

En Paris, la venta de tés está más en manos de tiendas muy chic, entre ellas destaco el Palais des Thés que es la cadena más extendida y más accesible en precios (y la verdad, menos pretenciosa).
En este tipo de boutiques del té se resalta no sólo la infusión, sino “lo que rodea” a la escena del té. Venta de teteras, desde el as más kitsh hasta las más pro, pasando por las teteras japonesas de hierro, que cuestan un pastón. (Felizmente unos amigos nos regalaron una para nuestro casamiento). Jarros, tazas, cucharas, etc.

En los estantes del supermercado también encontramos miles de variaciones de tés, de todas las marcas, desde las de siempre (Lipton, Tweenings, etc.) hasta las de marca blanca (aquellas que fabrican los mismos supermercados) o incluso ahora las de “comercio justo” (Commerce équitable, en Francia).

Me pregunto cual fue el punto de inflexión donde una bebida de infusión tan corriente comenzó a subir de categoría y llegar a encarecerse según sus variaciones.

Tal es el boom de este nuevo consumo que viejas marcas deciden aggiornarse y subirse al tren de la moda.

En Argentina teníamos (aunque creo que todavía existe) el té digestivo Cachamai. Primero, era sólo una combinación de hierbas digestivas (manzanilla, anís, etc.) que se podía también pedir después de comer en cualquier restaurant. Su packaging era (y es) tan “decalé” que hoy estaría 1ª en los rankings de diseños Vintage.





En Francia, descubrí el equivalente, una tisana que también goza de un nombre gracioso “Les Deux Marmottes” (las dos marmotas) que se toma en casa y también en restaurants. También son conjugaciones  de distintas de hierbas.

Lo que me hizo reflexionar en esto, es que hace dos años, una de las primeras tardes de otoño en Paris me encontré con mi amigo David en un bar y vi un pizarrón con una sugerencia para tomar “Tisanas Les Deux Marmottes”. Me hizo mucha gracia el nombre (y luego más el logotipo), que pedí la declinación “Frissons d’hiver” (escalofríos de invierno) que me sonaba más a una película de terror, pero que viniendo del primer viento helado, se bebió con gusto.
Hace poco me enteré que esta marca decidió aumentar sus variaciones  y sacó una colección de cajas más “chic” siguiendo a la moda del Té.


Lo mejor de todo, es que tanto Cachamai como Las dos marmotas si bien han intentado actualizarse no han cambiado su logo, un emblema que a ambas las distingue y que estoy segura que tanto a argentinos como franceses el sólo ver los dibujos de estos animales (burritos, marmotas que tienen nombres -Yodie y Grison!!, ¿en que pensaba esta gente cuando hizo la “marca”? ) nos transporta inmediatamente a las tisanas.
Festejo esa decisión, de mantener algo de la antigüedad del producto, y no caer en la paparruchada de otras marcas con emblemas renovados que sólo consiguen confundirnos aún más en los supermercados.



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