Francia se
resiste mucho, en general a los cambios, sobre todo a las influencias dichas
“extranjeras” (¿será esto parte de
su animadversión a la inmigración?, dejo esta pregunta abierta para otro post).
Hace poco
salió en el diario Le Parisien una nota sobre la llegada de algunos de los
productos de Kraft Foods Company, (una de las más grandes multinacionales
alimenticias y de otros géneros) más americanos, como el queso Philadelphia y
las galletitas Oreo. Al parecer y según análisis nutricionista y sociológico,
la resistencia local a estos productos es como el de la aldea gala de Asterix
frente al Imperio Romano.
Una de las
primeras cosas que me sorprendió fue precisamente no encontrar Philadelphia en
ningún supermercado en Paris, salvo en uno muy chic donde sale carísimo y es
importado de Bélgica. Uso este queso desde hace unos 10 años para untar mis
tostadas por la mañana y si bien intenté reemplazarlo por algún símil local, no
encontré nada ni parecido y menos igual. Si es un un producto de la globalización
capitalista, no lo sé, pero sí sé que me gusta y no encontré hasta ahora
reemplazante. He llegado a pedir que me traigan quesos Philadelphia a varios
amigos o a mi esposo si viajan fuera de Francia.
Pero parece
que los de Kraft se han decidido a explorar el mercado y lanzan esta campaña de
la cual, realmente no he visto NADA en ningún medio ni en los supermercados
mismos.
La reacción es
casi como de una señora ofendida, como si no hubiera peor cosa que éste queso
habiendo miles de tipos de quesos en Francia. Es verdad es uno de los países
con más variedades, la Unesco lo ha declarado “Patrimonio de la humanidad”
(vaya a saber qué quieren decir con esto). Pero no existe un queso como el
Phili, según los expertos locales porque ese “queso” (sic, entre comillas) no
lo es tal ya que no contiene las
cantidades requeridas de leche, sino grasa y otros condimentos.
Me parece un
poco ridícula la nota si pienso que por otra parte, la mitad de los parisinos
delira con gadgets, modas, íconos y reverberancias varias que vienen de los
States. Sin ir más lejos, los Baggels se han puesto de moda, y en el barrio
judío del Marais intentan muchas veces copiar el estilo Deli Kosher de las
tiendas newyorkinas (que no conozco personalmente pero todo me suena muy a
Woody Allen). La Cheescake es una de las recetas que lleva Philadelphia, y aquí
intentan hacerla con sucedáneos, que la hacen sosa, y poco consistente. Ahora,
esta es la primera excusa para meter el queso en el mercado ya que esta torta
también está de moda (como los Cup Cakes, y demás tonterías deliciosas).
Paralelamente
me divierte ver cuando ofrecen algún producto americano o seudo americano y lo
pronuncian con un inglés “a la francesa”, léase que es como francés, pero no
terminamos por entendernos. Por ejemplo pedís un “apple crumble” pero no te
entienden porque es un “apel crambol” y un Baggel es un “baguel”.
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