En Francia o
Bélgica la BD (Bande Desinée) es llamado el séptimo arte y respetado como tal.
Cada año en la ciudad de Angouleme se lleva a cabo el Festival de la BD donde
se premian historietas de distintos géneros, a sus dibujantes y a sus
guionistas.
En el año 2006 Aya de Yopougon
ganó el Primer Premio. Fue una revelación para quienes no conocían la BD
Africana. Si bien es un error, ya que Aya es una producción totalmente
francesa, aunque su guionista es de origen ivorienne (Costa de Marfil), fue una
puerta de entrada para algunos editores a conocer un poco más algunas tiras o
algunos autores africanos.
Existe éste género en Africa con
las dificultades de no ser considerada un arte, ni mucho menos un oficio digno,
lo cual la mayoría de las veces obliga a sus autores a vivir de la publicidad o
la ilustración, oficios también respetables pero algo alejados del mundo concreto de la BD.
Hablaré de eso en otro post.
Aya retrata la
vida diaria de una ivorienne que vive en un barrio llamado Yopougon al sur de la
capital marfileña de Abidjian. Ya van por el tomo 6 y se habla de una película
animada a estrenarse el año próximo.
El éxito de Aya en Francia reside
en que nos muestra la vida de una parte de la población africana lejana al
conocido reflejo del hambre, la guerra y la corrupción que suelen ser los
tópicos que los medios de comunicación utilizan en general para describir este
continente. Dado que transcurre en la Côte d’Ivoire nadie niega sus conflictos
pero sí se ignora cómo vive la gente este tipo de situaciones a diario. También
se incluyen las relaciones con Francia, a partir de un personaje (un primo de
Aya) que viaja a Paris, mostrando con humor el costado de la inmigración
africana de los últimos años.
Ya sé yo que
los países africanos son mucho más que eso, después de haber vivido y trabajado
en varios. Nadie niega una realidad oscura y triste pero esta también se
encuentra en otros lugares y es verdad que la vida diaria en cualquier país
africano, dadas sus diferencias regionales, no es más diferente de las de
cualquier otra ciudad de país del Sur.
Lo que me
gusta es la manera en que se cuentan distintas postales de esta realidad, y el
énfasis en el humor, para decir que al final de cuentas, no somos todos tan,
tan distintos.
Recuerdo que
cuando vivía en España me daban dolor de estómago las largas notas
periodísticas de la Revista del diario El País donde mostraban fotos muy
logradas de la miseria humana, la guerra y el HIV. Como dije no se trata de
negar una realidad sino de no alimentar el morbo de otras sociedades que sacian
su apetito de miserias extranjeras, como si ver la desgracia ajena los hiciera
sentirse mejores personas.
Aya aún no se
ha traducido pero los invito a buscarla si tienen oportunidad.
"Aya de Yopougon" de Marguerite
Abouet, ilustrada por Clément Oubrerie. (6 Tomos).
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