martes, 14 de junio de 2011

Lo que me gusta de Paris ... Bruselas II: Chocolates y mas chocolates





En el anterior Post de Bruselas resumimos las cosas, a mi parecer, más interesantes. Entre ellas mencioné el Chocolate Belga.
Uno de los más grandes placeres en la vida es el chocolate, y me da un poco de pena la gente que es alérgica o que simplemente no le gusta.

Sobre chocolates siempre hay mucho que aprender. Personalmente siempre me gustó el chocolate menos dulce o el más amargo. En la Argentina no existen graduaciones de cacao y sólo conocemos el chocolate con leche aunque ahora se encuentran más amargos. El amargo por excelencia era el Aguila, un gran cholate.
Pero en Bélgica el mundo, es chocolate y el chocolate viene de diferentes rincones del mundo. Para eso hay que aprender a leer sus etiquetas y probar, probar y probar todos cuanto podamos y el hígado y la dieta nos lo permitan.

En primer lugar entonces, entre un 55% y 70% (de cacao) estamos ya hablando de chocolates más amargos y puros, es decir sin leche agregada. Son los mejores.
En Bruselas no sólo encontraremos muchas casas distintas sino precios, presentaciones y sabores diferentes. Si tienen ya el paladar entrenado anímense a un 80%.

Si de casas de chocolates se trata podríamos hacer una lista de preferencias. Es imposible, creo yo, encontrar chocolates malos en Bruselas, con lo cual, si les da lo mismo, no van a tener malas experiencias. Pero si les interesa avanzar en su degustación, aquí van algunos consejos, recomendaciones y direcciones.

Casas y marcas
La casas más conocidas son Leonidas y Godiva. Sé que ésta última ha traspasado fronteras y es posible encontrarla incluso hasta en Nueva York, y también en muchos aeropuertos internacionales. Está bien, aunque sus precios son más elevados de lo que merecen sus chocolates, si bien son muy buenos.
Leonidas, es una casa más extendida, con muchas sucursales, también en Francia, y podría ser una de las más populares. Que esto no nos engañe, sus chocolates son excelentes en relación calidad/precio, y tienen también la opción por kilo, con sabores tradicionales como el “cerissette” un bombón con una cereza y licor de Kirr dentro, que suele venir envuelta en papel rojo.

Otras casas son Neuhaus, (también presente en muchos aeropuertos) y Corné Port Royal. Esta última es muy buena, y tiene también chocolate en tabletas de varios sabores que son buenos. Ellos venden la caja de chocolates “Tasse” lo que se llama en Francia “Napolitains” que son pequeños chocolates chatos y en forma de cuadrados pequeños. Son muy populares y se ofrecen a veces en los bares en Paris. La marca Tasse ofrece unas cajas de gustos variados que son altamente recomendables, para mí los más ricos “napolitains”. Neuhaus, no es de mi preferencia, pero a su favor tiene los derechos de Tin Tin y vende cada tanto ediciones limitadas de cajas en lata reproduciendo imágenes de la historieta de Hergé. También venden unas latas en forma de casas típicas belgas que pueden rellenarse a gusto. Las cajas son más lindas que los chocolates o caramelos que venden.

Un lugar “enchanted” para visitar, que como
turistas no dejarán de recorrer son las
 Galeries Royales St. Hubert donde encontrarán
todas estas casas.
Aquí también, encontrarán la cafetería La Taverne du Passage, el bar más lindo, donde tomarse un café que vendrá acompañado por un clásico belga, una galletita speculoos. En esta cafetería venden las galletitas Speculoos de las más auténticas, si bien pueden encontrarse de marcas varias en el supermercado. La galletita Speculoos, es un “must” que deben probar, y consiste en una galleta crocante hecha a base de especias, canela, jengibre y otras. Se utiliza mucho en la cocina belga y del norte de Francia. Encontrarán también (y en Paris también) helados de este sabor (sin ir más lejos Haagen Dazs tiene este sabor). En los últimos tiempos se utiliza como base del cheesecake.

Tanto las casas de chocolates como la cafetería están en la Galerie de la Reine, el pasaje central de las Galeries Royales.

Opciones menos fashion
Pero si el presupuesto aprieta y no podemos comprar demasiados chocolates en tiendas caras debo decir que tanto la marca Tasse como Corné Port Royal tienen buenos precios de chocolates excelentes.

Y si las cuentas aún no cierran, la opción más elemental son los supermercados.
No piensen que por eso la calidad baja, para nada, lo que baja son los precios.
En el supermercado encontrarán incluso la marca más expandida de tabletas de chocolates belgas Dolfin, que viene aumentando su gama de sabores a más no poder. Excelentes, sabores audaciosos para los más aventurados, como tradicionales, y también de estación (el que sacaron para Navidad, es buenísimo).

Otra marca interesante que se encuentra tanto en supermercados como en tiendas de alta gama son los chocolates New Tree, que vienen en sabores también muy tentadores. Se encuentran en Paris (en La Grande Epicerie de Paris frente a Le Bon Marché) pero no en todos sus sabores, y además son más caros.

De supermercados, hablo tanto de los pequeños Carrefour que pululan por la ciudad como también de una cadena local llamada Delhaize, su logo es un león delineado en negro. En estos se encuentran productos de calidad que también pueden llevarse como souvenirs, léase, tanto chocolates como cervezas (otro post será dedicado).

Opciones top of the tops




Los chocolates varían y son todos buenos, pero Bruselas alberga la sede de los más ricos que he probado, y con merecido reconocimiento internacional, Pierre Marcolini, un Maître chocolatier de los primeros en el mundo en este momento. Su tienda vale una visita aunque sea para babear un buen rato, queda en una esquina estratégica de la Place des Sablons. Las tabletas de Marcolini contienen los mejores cacaos del momento, elegidos por el mismo Chocolatier de pequeños productores. Su último descubrimiento es el chocolate del Perú. También se encuentran de Ghana, Venezuela, Madagascar, y otros países.

Las tabletas, en presentación depurada pero de lujo, cuestan unos 6 euros in situ, mientras que en Paris no se encuentran a menos de 8 y 10.
Una de mis perdiciones de Marcolini son los guimauves. Se trata de pequeños cuadraditos de cholate amargo que dentro llevan una especie de mashmellows muy, pero muy fresca. (en la Argentina había algo parecido, de lejos, claro, que se llamaba “Kremocoa” en mi infancia).  Desde ya los recomiendo.

También tienen bombones con sabores diversos, de los cuales unos de los más recomendables son los de especias. La caja cuesta 12 euros.
Espero que disfruten la visita y se regodeen.


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