Cuando
empecé este blog, comenté lo poco que dormía. Hace ya mas de dos meses y sigo
mas o menos en el mismo estado, pero habituada. El bebé duerme, mas o menos de
corrido, pero se despierta a veces muy molesto y yo, claro, me levanto a ver
qué pasa. Duermo poco y nada, y cuando puedo dormir, como soy alérgica, tengo
algo de asma.
Visita al
médico aparte, y alergia aparte, el cansancio puede ser tal que mi mal humor es
trepidante.
Todo el estado
en general se parece a cuando no podemos dormir y la cabeza empieza a dar
vueltas sobre algo, x, que se transforma en un monstruo tremendo. “El sueño de
la razón produce monstruos”, decía Goya, y que razón tenía. (Ja!).
Hace 3 días
empecé con un anxiolítico ligero, que es para niños pero para mí está bien así.
La primera noche dormí tan profundo que entendí que bebé también, o en verdad,
ni me enteré. Ya las siguientes mas o menos.
Es verdad que
antes aprovechaba la noche para trabajar un poco pero ahora estoy tan, pero tan
agotada mentalmente que apenas puedo descargar estos posts que tan bien me hacen,
y me divierten aunque a veces vea que tan poca gente entra en ellos. (es raro,
hubo una semana en que las estadísticas de Blogspot explotaban y luego bajaron
abruptamente).
Ya dije que no
voy a terapia aquí, es caro y no me siento realmente con ganas.
Pensaba, si
estuviera en la Argentina, ahora que parece que la economía avanza y todos
están bien o super bien ¿cómo viviríamos? Tendríamos una niñera? ¿tendríamos o
alquilaríamos un apartamento más grande, con una habitación extra para
trabajar? ¿Tendría a mis amigas para molestarlas por teléfono? ¿Tendría a mi
madre, queriendo hacerse cargo de Martín constantemente?
Es extraño, antes moría por
algunas de estas cosas, y cuando las tuve, no las cambiaba por nada. Hoy, no lo
sé. No estamos en la mejor de las épocas para vivir en Francia (miles de problemas dice el telediario, sumado a la aversión a la inmigración, y a la falta de lugares en la escuela pública y en las guarderías)pero sin embargo, no me quejo, vamos bien, y estamos haciéndolo bien. Es nuestro primer hijo, somos grandecitos y estamos teniendo una experiencia única, algo solos, pero bien. Cuidando a nuestro niño, haciendo yo lo que
puedo con mi tesis, pero en casa con él y con mi esposo, (mi super esposo y su super papá) viéndolo crecer.
Turnándonos para ir al cine o saliendo los tres siempre a todos lados, desde el
supermercado hasta lugares más insólitos. Creo que disfruto de esto, a pesar
del cansancio, del agotamiento que siento casi todos los días.
Mi madre
patalea por la consabida distancia, y muchos de mis amigos allá creen que estamos en la mejor de los mundos, y
ya ni se acuerdan de nosotros “claro, es el Primer Mundo” (una frase que se
repetía mucho en la época nefasta del presidente menem). Pero sí, es Primer
Mundo con falencias como cualquier otro lugar, y sin embargo empiezo a
acostumbrarme a cómo funcionan las cosas aquí y no me desagrada del todo.
En resumen, por primera vez siento
que no extraño tanto como antes y empiezo a asentarme donde estamos, y a gusto!! ¿estaré creciendo yo también ?
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